Cuando vemos rostros sombríos y escuchamos voces de desaliento, da la impresién quenestuviéramos encerrados o desilusionados. ¿Interpretación? Dejémosla a los analistas. Nosotros no tenemos tana ciencia: nos contentaríamos con salir del pozo en que os hemos caído y luego, volver a respirar el aire fresco y mirar el cielo.
Tomemos precauciones para no caer nuevamente.
Pero, más importante aún es mirar más allá. Mirar a nuestro alrededor: todavía hay gente, grupos humanos e incluso nacones enteras sumergidas en un pozo pestilente. Ellos necesitan con urgencia que alguien les tienda la mano.