Homilías y Reflexiones

CRISTO REY

¿Cuál es el Reino de Dios?

El Reino de Dios está en reconstrucción y cuenta con nuestra participación.

CRISTO REY

            Ciertamente los términos “Cristo Rey“ o el “Reino de Cristo” los hemos leído o escuchado cientos de veces. A veces, nos han resbalado; otras veces los hemos entendido a medias, pero difícilmente podríamos decir que lo comprendemos de verdad. Hoy vamos a tratar de dar un paso más en la comprensión de este misterio, porque, de verdad, es un misterio.

            Para comenzar, tendríamos que preguntarles a personas corrientes si tienen algún lugar que puedan considerar como “su reino”. Nos responderán frases como “la cocina es mi reino” o “el taller donde tengo mis herramientas es mi reino” o “la biblioteca donde tengo mis libros es mi reino”. Es verdad que casi todos tenemos algún rinconcito donde nos sentimos a nuestras anchas, donde disponemos como nos parece. Son nuestros pequeños reinos.

            ¿Y cuál es el Reino de Dios?  Él es el Creador. Todas las cosas las hizo Él y todo lo hizo bien. De modo que toda su Creación, todo su Universo creado tendría que ser su Reino. En este Universo están incluidos los ángeles y también nosotros, los seres humanos, a quienes nos creó “a su imagen y semejanza”. ¡Aquí vino el problema!

            ¿Dónde surgió el problema? De algunos ángeles que les dio envidia que Dios nos hubiera hecho a los humanos “a su imagen y semejanza”. Esos ángeles rebeldes o demonios, como no podían contra Dios se fueron contra nosotros los humanos, para hacernos caer con mil engaños y luego refregárselo a Dios: “¡Éstos son tus preferidos! Mira como caen, mira cómo pecan”. Ésta fue la estratagema para desarticular el Reino de Dios.

            Miramos el mundo, miramos la historia y vemos cómo toda la Creación gime ansiosamente con el deseo angustioso de volver a ser plenamente el Reino de Dios tan querido. Y aquí Dios decide intervenir… y lo hace haciéndose hombre. “Si por un hombre – Adán -  se desarticuló el orden de mi Reino, por otro Hombre – mi Hijo Jesucristo – se tendrá que restaurar”. Ésta es la misión de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho Hombre: RESTAURAR EL REINO DE DIOS.

            “El Reino de  Dios está cerca” nos dice Jesús. “Venga a nosotros tu Reino” nos enseña a rezar Jesús.  “¿Es ahora cuando vas a restaurar tu Reino?” le preguntan los discípulos a Jesús resucitado. Esta pregunta se la habrán hecho los del Pueblo Elegido durante siglos, esperando al Mesías, desde los tiempos del rey David, mil años antes de Cristo, hasta ahora. Es la pregunta que quisiéramos hacerle a Jesús.

            “En eso estoy”, nos responde Jesús a cada uno de nosotros, “y para esto cuento con ustedes”. “Mi Reino no es de este mundo” le había dicho Jesús a Pilato. El Reino de Dios está en reconstrucción y cuenta con nuestra participación.

            Los cristianos somos impacientes y por eso ya nos estamos adelantando al fin de los tiempos cuando ya celebramos a CRISTO REY. Es una celebración en la ESPERANZA. Mientras tanto, Jesús nos organiza como Comunidad Creyente, la Iglesia, y nos pregunta: “¿Quieren colaborar conmigo para ir instaurando el Reino de mi Padre, que es mi Reino, que será también el Reino de todos ustedes?”

            Fijémonos bien cuáles son las características del Reino de Cristo. Las encontramos en el Prefacio de la Misa de hoy:

Nuestro Señor Jesucristo, 

como Sacerdote eterno y Rey del universo, 

para que, ofreciéndose a sí mismo 

como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la cruz, 

consumara el misterio de la redención humana; 

 

y, sometiendo a su poder la creación entera, 

entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal: 

Reino de la verdad y de la vida

Reino de la santidad y de la gracia

Reino de la justicia, del amor y de la paz.

 

            Primeramente, se trata de un “Reino sacerdotal”. Todos los seguidores de Jesucristo somos con Él, “sacerdotes y víctimas”: esto significa que ofrecemos lo que somos, hacemos y tenemos. Lo ofrecemos por Él, con Él y en Él. En la  medida que vamos ofreciendo nuestras vidas, trabajos y actividades, estamos siendo sacerdotes con Jesús en este Reino Sacerdotal.

            Repasemos y detengámonos para considerar cada una de las características de este Reino de Cristo que – con nosotros – está todavía en construcción:

            Reino eterno y universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz.

 

            Son tan maravillosas las características del Reino de Cristo y tan grande el desafío que pudiéramos asustarnos o desanimarnos, pensando que se trata de una tarea gigantesca. Es verdad; es una tarea preciosa. Si no me siento capaz de abarcarla en forma completa, hago lo que puedo y se lo ofrezco con amor al Señor.

            “Venga a nosotros tu reino”. EN ESO ESTAMOS.