Homilías y Reflexiones

EN EL DIA DE LOS DIFUNTOS

Espero confiado en el Señor; cierto estoy de su Palabra

¿Te sientes RESPONSABLE del ESPÍRITU de tus seres queridos? ¿Te sientes RESPONSABLE de la felicidad eterna de tu FIELES DIFUNTOS?

EN EL DIA DE LOS DIFUNTOS

                En este día, nuestra Iglesia nos invita a reflexionar.

                En cada uno de nosotros coexisten dos realidades claramente distintas y perfectamente vinculadas: NUESTRO CUERPO MORTAL Y NUESTRA ALMA INMORTAL.

                Nuestro CUERPO MORTAL es totalmente material, estrechamente unido y dependiente de la tierra, de la naturaleza, de las otras cosas materiales, de los animales y de los otros seres humanos. No existiríamos si otros seres humanos, nuestros padres, no nos hubieron dado la vida. Todos estamos relacionados y nos debemos unos a otros. Así es nuestra REALIDAD MATERIAL. Nuestro CUERPO MORTAL un día morirá y terminará volviendo a convertirse en tierra.

                Distinto sucede con nuestra ALMA INMORTAL. Viene de Dios-Creador que la hizo ESPIRITUAL y capaz de relacionarse ESPIRITUALMENTE no sólo con el CREADOR sino con los ESPÍRITUS de las otras personas. En esta relación espiritual se produce una responsabilidad muy hermosa caracterizada por el AMOR. Es lo que se produce natural y espontáneamente entre los buenos padres con sus buenos hijos. Cosa semejante sucede entre los buenos esposos… incluso entre los buenos amigos o también entre los buenos maestros con sus buenos discípulos: las ALMAS se ayudan, se apoyan, se unen.

                Veamos ahora lo que sucede cuando nuestras ALMAS ESPIRITUALES se relacionan con personas que ya han fallecido: son los SANTOS DEL CIELO Y NUESTROS DIFUNTOS.

                A los primeros, los invocamos para pedirles su ayuda en nuestras variadas necesidades.

                A nuestros queridos difuntos les deseamos que estén gozando de la felicidad completa que Jesús nos tiene prometida. Por ellos, nosotros rogamos a Dios y ofrecemos nuestras plegarias y oraciones, nuestras buenas acciones y especialmente nuestras misas. Se trata de un apoyo espiritual para esas personas que lo necesitan, tal vez porque sus buenas acciones no fueran suficientes para alcanzar la plena felicidad tan deseada. En el caso que ya no lo necesiten, nuestras plegarias no se pierden porque sirven para otros necesitados.

                El primero trozo bíblico de hoy, tomado del Antiguo Testamento, se refiere al ofrecimiento de un sacrificio material con la intención de interceder ante Dios por los fieles que han sucumbido en la batalla.

                El salmo responsorial se refiere a la esperanza de alcanzar la misericordia de Dios y así alcanzar la felicidad de su alma.

                En el trozo bíblico de San Pablo, éste refuerza en sus fieles la confianza en una vida futura más allá de la muerte terrenal. Se trata del ALMA INMORTAL gozando de la felicidad celestial.

                Finalmente, las palabras de Jesús en el Evangelio de san Juan nos garantizan esa vida futura INMORTAL para quienes creemos en Él.

                Peguntas para reflexionar:

  1. ¿Te sientes RESPONSABLE del ESPÍRITU de tus seres queridos?
  2. ¿Te sientes RESPONSABLE de la felicidad eterna de tu FIELES DIFUNTOS?