Homilías

CONFORTAR

Quinto Domingo de Pascua 250511

¿Soy duro de corazón o me dejo conmover ante las necesidades de los demás? ¿Me preocupo de consolar, reconfortar, alentar, animar, felicitar?

CONFORTAR

 

                Ya estamos en el quinto domingo del Tiempo Pascual. La Iglesia, como Madre y Maestra de todos los cristianos, se esfuerza por animarnos en la Fe, la Esperanza y el Amor. Así pues, ella selecciona los textos litúrgicos con la intención de mover nuestros corazones con la alegría de Jesús resucitado. Quiere transmitirnos FUERZA Y CORAJE para enfrentar las realidades de cada día. Es el modo de llevar a la práctica el Mandamiento del Amor que nos dejó Jesús.

               

                El primer texto bíblico de hoy, sacado del libro de los Hechos, nos presenta a estos dos nuevos apóstoles, Pablo y Bernabé, continuando una gira agotadora – a pie – que ya comentábamos hace una semana. Es un vasto territorio de varios cientos de kilómetros de Asia Menor, lo que actualmente es territorio de Turquía. Son nombrados lugares como Listra, Iconio, Antioquía, Pisidia, Perge, Panfilia. Recorrerlas en un mapa toma su tiempo. Imaginemos el cansancio que significa recorrerlas a pie. Y todo lo hacen para visitar a las nacientes comunidades cristianas, creadas en una gira anterior. Quieren tres cosas: Primero, quieren conversar con las comunidades judías dispersas más allá de las fronteras de Israel, haciéndoles ver que las profecías de las Escrituras que ellos veneran se han cumplido en la persona de Jesucristo, muerto y resucitado por todos, incluidos los paganos. Segundo, quieren abrirles los ojos de la Fe en Jesús a los paganos extraviados en creencias y dioses falsos; Tercero, quieren, en una segunda visita, fortalecer la Fe de las nacientes comunidades: Confortarlos, exhortarlos a perseverar en la Fe.

 

                La semana pasada, el domingo del Buen Pastor, veíamos nuestra responsabilidad pastoral en el área donde nos toca desenvolvernos; en la casa, en la familia, en el trabajo. Somos responsables de confortar a quienes vemos débiles, temerosos, caídos, heridos adoloridos. Principalmente, fortalecerlos en la Fe.

 

                En el Salmo Responsorial de hoy nos encontramos con una palabra que expresa un sentimiento parecido al anterior: la Compasión. Dice: “El Señor es bondadoso y compasivo”. No podemos cruzarnos de brazos diciéndonos cómodamente: “si el Señor es compasivo, ¿para qué me voy a preocupar yo?”. Nos debiera dar vergüenza. Precisamente, si el Señor es compasivo, ¡con más razón tengo que abrir mis ojos y ver al prójimo que necesita mi apoyo!

 

                El trozo del Apocalipsis de hoy nos refuerza en el sentimiento anterior al presentarnos al propio Jesús secando las lágrimas de su pueblo. Esto es consolar, compadecerse y confortar. Ésta es la forma práctica de dar cumplimiento al mandamiento de Jesús que leíamos en el Evangelio de hoy: “Así como Yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros”.

                Nos preguntamos:

  1. ¿Soy duro de corazón o me dejo conmover ante las necesidades de los demás?
  2. ¿Me preocupo de consolar, reconfortar, alentar, animar, felicitar?

 


Música

MUY CERCA DE TI

Dios se nos adelanta: cuando nosotros le pedimos algo, Él nos responde que "YA nos lo ESTà dando.

¿Reconozco a Jesús en la persona que está a mi lado? ¿Me dejo “tocar†por la necesidad del que está a mi lado? ¿Me doy cuenta que eso es lo que Dios quiere de mí?