Homilías
18 DE AGOSTO: DOMINGO 20 DEL TIEMPO ORDINARIO
“HE VENIDO A PRENDER FUEGOâ€
En el evangelio de este domingo, Jesús dice: “He venido a prender fuego en el mundo y ojalá estuviera ya ardiendoâ€.
La fe cristiana tiene vocación de llama ardiente, que toma posesión de la persona y de la sociedad que se pone a su alcance. Tenemos que propagar ese fuego que Jesús vino a traer a la tierra y cuyo deseo más ardiente es que prenda en los corazones y las sociedades. Vale la pena que nos empleemos a fondo en la extensión del incendio cristiano, que es el amor. La gran novedad que Jesús nos trajo al mundo es esa entrega a los demás hasta morir por todos.
San Silvano del Monte Athos en Grecia (1866-1938) escribió:
“ ¡Oh humildad de Cristo, te he conocido pero no te puedo alcanzar! El Señor ha venido al mundo para traernos el fuego de su gracia por el Espíritu Santo. El humilde posee este fuego y el Señor le concede esta gracia. En cambio, en un alma desanimada y envilecida no puede prender este fuego. Los cielos se admiran de los misterios de la encarnación. ¡El Creador de todo ha descendido a la tierra para rescatar a los pecadores! A menudo, el orgullo y la vanidad impiden al alma encontrar el camino de la fe. He aquí un consejo para el que duda y no cree. Que rece así: “Señor Dios, si existes, ¡ilumíname!”. Solamente por este humilde deseo y por la prontitud en su servicio, el Señor lo iluminará y sentirá en su alma la presencia de Dios. Su alma sabrá que Dios le ha perdonado y que lo ama. El que se mantiene fiel a la oración será iluminado por el Señor”.
Termino con una breve poesía del poeta mejicano León Felipe (1864-1968):
VINISTE A GLORIFICAR LAS LÁGRIMAS
Viniste a glorificar las lágrimas...
no a ejugarlas...
Viniste a abrir las heridas...
no a cerrarlas.
Viniste a encender las hogueras...
no a apagarlas...
Viniste a decir:
¡Que corran el llanto
la sangre
y el fuego...
como el agua!
DIOS Y HOMBRE VERDADERO
Reflexión sobre los textos bÃblicos del Tercer Domingo de Pascua – 250504
Cuando estoy con problemas ¿ConfÃo en Jesús que me inspirará el modo de resolverlos? ¿Procuro imitar a Jesús en los gestos humanos que están a mi alcance, en la vida doméstica o en la vida laboral? ¿Me he dejado encantar o conmover por la grandeza divina de Jesús? ¿Amo a Jesús como AMIGO y lo adoro como DIOS?