Homilías
5 DE NOVIEMBRE: DOMINGO 31 ANUAL
“UNO SOLO ES VUESTRO MAESTROâ€, por Juan Vicente Catret S.J., desde Tokyo
“UNO SOLO ES VUESTRO MAESTRO†El centro del evangelio de este domingo es esa expresión de Jesús que se nos dice a todos sus discÃpulos: “Uno solo es vuestro maestroâ€. SÃ, solo Jesucristo es nuestro Maestro de vida. Porque hace lo que dice, no es como un hipócrita fariseo. Jesús es el “RabÆo maestro que nos llama, que nos comunica su sabidurÃa. Lo mismo que a los Apóstoles, nos llama para que “estemos con élâ€, oremos a Dios Padre por medio de él, dialoguemos con él, consultémosle, busquemos su consolación, le comuniquemos nuestros deseos, preocupaciones, temores, alegrÃas, todo. Jesús es, como él dice, “el camino, que lleva a la verdad y la vidaâ€.
Jesús es el Maestro que lava los pies de sus discípulos...para que aprendamos nosotros a servirnos unos a otros, y a perdonarnos mútuamente...Queremos hacer nuestra la petición de S. Agustín: “Que te conozca, y que me conozca”...Conocerle, para saber cómo debemos conocernos, admitirnos mútuamente. Que Jesús nos “amaestre”, nos haga “verdaderos discípulos suyos”.
Ese estilo de Jesús, es también el de San Pablo, tal como aparece en la segunda lectura de hoy, de su primera carta a los cristianos de Tesalónica:
“Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos”...¿Nos parece una actitud como un fenómeno excepcional? Lo mismo se dirá de una persona que lleve en el rostro una sonrisa, actúe con naturalidad, se manifieste humana en medio de la gente, diga una palabra sincera, se haga entender por todos, no se avergüenze de tener un corazón y hasta lágrimas...
San Pascasio Radberto (785-865) en un sermón sobre este evangelio dice:
“Quien se humilla será ensalzado. Cristo no solo encargó a los discípulos no dejarse llamar maestros y no querer ocupar los primeros puestos en los banquetes ni aspirar a otros honores, sino que él mismo dio en su persona ejemplo de ello y es modelo de toda humildad. Aunque el nombre de Maestro no le corresponde por complacencia, sino por derecho de naturaleza, porque todo subsiste en él y para él, por su encarnación nos ha comunicado una enseñanza que nos conduce a todos a la verdadera vida y nos ha reconciliado con Dios. Igual que nos dijo: “no aspiréis a honores, no dejéis que os llamen maestros, también dijo: “Yo no vivo preocupado por mi honor. Hay uno que se preocupa de eso. Fijad vuestra mirada en mí, el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos”.
Termino con un soneto de Juan de Contreras y Lopez de Ayala (Marqués de Lozoya) que dice:
¿Quién me dará, Señor, llegar a hablarte
en la dulce penumbra, sin testigo,
como el amigo fiel con el amigo
alegremente y sin temor departe?
Y sólo por Ti te amé, y llegué a amarte
olvidado de premio y de castigo;
y embebecido con estar contigo,
del todo me perdiera por hallarte.
¡Oh, con cuánta verdad veré ese día
la nada de las cosas, y cuán graves
aquellos lazos que me impiden verte!
¡Háblame ya, Señor, como Tú sabes,
y sufriré el dolor con alegría
y llegaré sin miedo hasta la muerte!
DIOS Y HOMBRE VERDADERO
Reflexión sobre los textos bÃblicos del Tercer Domingo de Pascua – 250504
Cuando estoy con problemas ¿ConfÃo en Jesús que me inspirará el modo de resolverlos? ¿Procuro imitar a Jesús en los gestos humanos que están a mi alcance, en la vida doméstica o en la vida laboral? ¿Me he dejado encantar o conmover por la grandeza divina de Jesús? ¿Amo a Jesús como AMIGO y lo adoro como DIOS?