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Número: 51
LA PATRIA

LA PATRIA

Al llegar la primavera, con el mes de septiembre y las fiestas dieciocheras, vuelve a escucharse la palabra “patria”.  Este año 2022, los chilenos inauguraremos el “Mes de la Patria” con un importantísimo PLEBISCITO sobre una nueva Constitución. Sea cual fuere el resultado de éste, importa que – a partir del 5 de septiembre - todos miremos hacia adelante poniendo el acento más en el BIEN DE LA PATRIA (Bien Común) y menos en nuestros intereses particulares o grupales que pueden ser más mezquinos.

Surge una pregunta-reflexión: ¿Qué es la Patria? ¿Un sentimiento, una palabra, una idea o concepto? Es eso y aún más: es una vocación, una misión y un compromiso.

Sentimiento, palabra, idea, vocación, misión y compromiso.

  1. Un sentimiento básico: lo que es mío, lo que me rodea, lo que me acoge, protege y cuida, lo que me hace sentir cómodo, en mi casa; lo que me une a los otros, lo que me motiva, enardece y estimula, lo que a veces me enorgullece y otras veces me enfurece.  No es posible sustraerse a estos sentimientos básicos. Si alguien no fuera capaz de “sentir” a su patria nos daría miedo, sería un inhumano. ¿Podría alguien decir que ama a Dios si no ama a su Patria?
  2. Veamos el sentido de la palabra.  Patria viene de “pater” que es “padre”; pero es una palabra femenina y la llamamos “madre”. La palabra nos está aludiendo a lo más cercano, a lo más nuestro, a lo que está más cerca de nuestro corazón: nuestro padre y nuestra madre… y de allí a lo demás que nos rodea. Así nos vamos formando una idea o concepto.
  3. En nuestro concepto de patria hay un territorio, una geografía, hay gente que forma un pueblo, una nación, una historia, una organización y un proyecto. Cuando pensamos en nuestra patria como territorio, no podemos dejar de asombrarnos por la paradoja de un país unitario en una geografía tan diversa: un altiplano y un desierto, verdes valles y escarpadas montañas, bosques, pampas, islas, río, lagos, hielos y un ancho y profundo mar. Cuando pensamos en su gente, no cometamos la insensatez de reducirla a españoles y araucanos. Si sólo miráramos a los pueblos originarios, ya tendríamos que nombrar a cunzas y atacameños, diaguitas, picunches, pehuenches, huilliches, mapuches, chilotes, onas, yaganes y alacalufes (ya cuento once). A ellos sumaríamos las llegadas posteriores, a partir de los incas, españoles y algunos portugueses, franceses, holandeses, ingleses e irlandeses, alemanes, italianos y chinos, yugoslavos, croata, sirios, palestinos y judíos; japoneses, taiwaneses y coreano. Y últimamente, hermanos del Perú, Colombia, Ecuador, Haití y Venezuela (ya cuento veintitrés más… y podríamos seguir).
  4. Una vocación: Si de partes tan diversas y distantes han querido venir a este rincón, no puede ser una casualidad. Para nosotros, la Fe nos dice que hay un designio de Dios que nos ha llamado y nos sigue llamando a la unidad en la diversidad. Los que ya somos de aquí, Dios nos llama a abrir nuestro corazón a los que llegan; los que vienen llegando, para abrirse e integrarse en vistas a formar un solo pueblo. Toda pretensión de hegemonía o exclusión es injusta. Todos tenemos que hacer un esfuerzo por entendernos: los que ya se sienten de aquí y los que vienen llegando. Así vamos haciendo nuestra historia y vamos dinamizando nuestra organización, mirando hacia adelante.
  5. Nuestra misión: La historia es nuestra. El pasado no es de otros; es de nosotros. En él debemos comprometer nuestra acción. El futuro es de nosotros y para los otros que vendrán después. Es nuestro deber histórico sacar provecho de lo que nos legó el pasado y hacerlo prosperar en miras al futuro.
  6. Nuestro compromiso: Pongamos nuestra alma y corazón para volver a ENTENDERNOS y hacer de nuestra Patria, como dice nuestro Himno: “la copia feliz del Edén”.

Pidamos al Señor que nos derrame su Espíritu, concediéndonos la gracia de ENTENDERNOS.

JJV

 

 

En breve

COMUNIDAD VIRTUAL

Nuestro EQUIPO lo hemos integrado laicos y sacerdotes de distintos países y edades. Nos vincula la Fe, la Esperanza y el Amor. Unámonos en familia, cantando y compartiendo la Palabra de Dios.

¿YO… PAN?

EN LA NOCHE DE LA CENA DEL SEÑOR

Vamos a imaginar una curiosa entrevista. Vamos a entrevistar a un grano de trigo. “¿Usted se va a convertir en pan? "