Homilías

FACETAS DE SABIDURÃA

Domingo 19 de noviembre 2023

La Liturgia de este domingo 33º del tiempo ordinario, puede sorprendernos. ¿Qué tienen que ver los trozos bíblicos que hoy nos invita a considerar?

El primer trozo, tomado del Libro de los Proverbios, del Antiguo Testamento, nos presenta a una mujer llena de cualidades en la vida doméstica: prudente, hábil, industriosa, trabajadora, caritativa con los necesitados. En ella su marido puede confiar plenamente. Ella sabe emplear las cualidades recibidas y con ellas logra abundantes frutos. Es una mujer sabia.

El trozo del Evangelio, tomado de San Mateo, nos presenta el caso de tres personas encargadas de administrar dinero.  Diferente fue el modo de cumplir este encargo, desde el más brillante hasta el más torpe. Es la conocida “parábola de los talentos”.

Empecemos por el último, que guardó cuidadosamente el dinero y lo devolvió tal como lo había recibido. Enterró los talentos y los devolvió tal cual. El proceder de éste sólo mereció la reprobación porque no supo administrar con inteligencia el dinero recibido.  No así el primero y el segundo que, criteriosamente, administraron las sumas recibidas, produciendo con ellas el doble. Allí estuvo su sabiduría.

La señora de la primera lectura hizo buen uso de sus cualidades manuales y allí puso todo su corazón.  Dos de los tres hombres de la parábola hicieron buen uso de sus inteligencias con el dinero recibido, obteniendo excelentes resultados. El tercero “no hizo nada” … y ahí está precisamente lo malo: “no hizo nada”.

Dios a todos nos ha dado diversas cualidades, desde las más técnicas o manuales hasta las más intelectuales. El asunto es cómo las administramos. No somos simples máquinas. Tampoco somos meramente seres vivientes que nacemos, crecemos, nos reproducimos, envejecemos y morimos. Somos seres vivos, con múltiples y variadas capacidades, conscientes y libres. Así `pues, podemos disponer de variadas formas, tanto de nuestra vida como de nuestras cualidades. De todo esto tendremos que dar cuenta. ¿A quién? A quien nos dio la vida y las diversas cualidades.

San Pablo, en la segunda lectura bíblica de la liturgia de hoy, al dirigirse a sus fieles de Tesalónica, hoy nos está hablando a nosotros, poniéndonos en estado de alerta: tenemos que estar atentos y siempre preparados para rendir cuenta de lo que hemos sido, de lo que hemos recibido y de lo que hemos hecho… o dejado de hacer.

Alguien podría tener miedo a esta “rendición de cuentas”, pero el salmo responsorial nos reanima en la confianza: “Feliz quien ama al Señor”.  Si amamos al Señor, recorreremos la vida con alegría, utilizando nuestras destrezas y cualidades con amor y alegría.

Que el Señor nos conceda esta gracia y muchos podamos compartir el amor y la alegría.

 

I.A.

 

 


Música

EL TRONO DE JESÚS

Domingo 29 del Año Litúrgico ciclo B. Isaías 53; Hebreos 4; Marcos 10

“No saben lo que están pidiendo, ¿Son capaces de beber el cáliz que yo he de beber?