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Homilías

30 DE AGOSTO: DOMINGO 22 DURANTE EL AÑO

¿QUÉ SALE DE MI CORAZÓN?

En la cultura japonesa hay un doble concepto que viene muy a propósito para entender el mensaje de la Palabra de Dios este domingo. Se dice: “tatemae-honne” y “omote-ura”. Que en español se traduce por “cara-espalda” o “apariencia-realidad”.

            ¿QUÉ SALE DE MI CORAZÓN?

  En la cultura japonesa hay un doble concepto que viene muy a propósito para entender el mensaje de la Palabra de Dios este domingo. Se dice: “tatemae-honne” y “omote-ura”. Que en español se traduce por “cara-espalda” o “apariencia-realidad”.

  Se dan en las tres lecturas bíblicas de hoy:

  1. En la lectura del libro del Deuteronomio: Vivir según los mandatos de la Ley, que sería “la realidad” de una “Tradición de vida” o vivir en una “apariencia” de que se cumplen esos mandatos, pero no es verdad sino vivir hipócritamente.
  2. En la segunda lectura de la carta de Santiago, éste nos dice que en Dios “no hay fases de sombra”, que “aceptemos dócilmente la Palabra”, y que la religión pura a los ojos de Dios Padre es visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo”. O sea, otra vez nada de “cara sonriente” pero que bajo esa apariencia hay una “espalda” de hipocresía y mentira.
  3. Y cuando llegamos al Evangelio, en la discusión de Jesús con los fariseos sobre “la pureza o impureza” de comer con las manos lavadas o sin lavar”, Jesús dice a propósito de “guardar la Tradición”: “este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.

Y Jesús acaba diciendo que “nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace al hombre impuro”...

Y Jesús proclama una lista de todo lo que hace al hombre impuro a los ojos de Dios: “Porque de dentro del corazón del hombre salen los malos propósitos, las fornificaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfrenos, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas cosas salen de dentro y hacen al hombre impuro”.

O sea que tenemos “manos limpias oliendo mal” y “manos sin lavar que huelen a pescado” porque los primeros discípulos de Jesús eran pescadores. El legalismo de una santidad exterior aparente y falsa, un apego a la “Tradición”, con añadiduras humanas a la Ley de Dios. Y en el otro lado, el positivo y bueno, discípulos de corazón puro y limpio, aunque no lo entuviesen sus manos...Los fariseos se olvidaban que el contacto con el prójimo purifica las manos. Y Jesús, siempre en contacto con el prójimo, curando sus miserias, enseñaba a sus apóstoles a hacer lo mismo, para que de su corazón saliese todo lo bueno, ese servicio de amor al prójimo...

  Hoy, pues, debemos preguntarnos:

  ¿Qué sale de mi corazón?

Y creo que nos ayudará con respuesta para orar, la oración que en vez de una poesía, pongo a continuación. Es la famosa oración atribuída a San Francisco de Asís:

 

  INSTRUMENTO DE TU PAZ

 

  Hazme un instrumento de tu Paz;

donde haya odio, lleve yo tu amor,

donde haya injuria, tu perdón, Señor,

donde haya duda, fe en Tí.

 

  Maestro, ayúdame a nunca buscar

querer ser consolado

como consolar,

ser comprendido como comprender,

ser amado como yo amar.

 

 Hazme un instrumento de tu Paz:

que lleve tu esperanza por doquier,

donde haya oscuridad, lleve tu luz,

donde haya pena, tu gozo, Señor.

 

  Hazme un instrumento de tu Paz:

es perdonando que nos das perdón;

es dando a todos que Tú te nos das;

muriendo es que volvemos a nacer.

 

  j.v.c. 


En breve

COMUNIDAD VIRTUAL

Nuestro EQUIPO lo hemos integrado laicos y sacerdotes de distintos países y edades. Nos vincula la Fe, la Esperanza y el Amor. Unámonos en familia, cantando y compartiendo la Palabra de Dios.

EL PAN DE LA ESPERANZA

Domingo 16° del Año Litúrgico 240728

¿Todavía rezamos "Danos hoy nuestro pan de cada día"? Cuando observamos los distintos males que suceden en el mundo y a nuestro alrededor, ¿no nos pasa que a veces nos desanimamos, perdemos la esperanza o nos ponemos escépticos? ¿Qué hacemos para sobreponernos y vencer esa natural tentación negativa? ¿De verdad, sabemos poner nuestra Esperanza en Dios y nos dejamos iluminar por Él?