Homilías
29 de Octubre: domingo 30 del tiempo ordinario
“LOS DOS AMORESâ€, desde Tokyo por Juan Vicente Catret S.J.
Jesús nos habla en el Evangelio de “los dos amoresâ€: amor a Dios y amor al prójimo, las dos leyes fundamentales del JudaÃsmo y de nuestra religión: el Cristianismo. Pero ¿qué es el amor?
En la Edad Antigua, S. Juan Clímaco dijo: “Quien habla del amor a Dios, habla de Dios mismo, porque Dios es amor...Quien desea medir con palabras la amplitud de ese concepto: “Dios es amor”, se parece a un ciego que sobre una nave quiere medir la profundidad del mar”.
En el siglo IV S. Basilio, otro Santo Padre, escribió en un tratado sobre la vida espiritual que el amor a Dios más que un mandato es una tendencia natural del alma humana. Dice: “todos amamos la luz y la belleza. Incluso vamos de viaje a ver las bellezas lejanas de paisajes naturales. Hasta los animales se alegran cuando sale el sol. Pues Dios es la luz pura y la belleza infinita. Por lo tanto es natural que el alma sienta el deseo de Dios. ¿Hay un deseo más ardiente que la sed provocada por Dios en el alma purificada, que clama con sincera emoción: El amor me ha llagado?. Pero además de este primer motivo hay otros. El segundo motivo para amar a Dios es la común admiración que los hombres tienen por el bien. Nos gusta la gente buena y deseamos vivir y relacionarnos con ella. ¡Cuanto más deseamos vivir en la presencia del Buen Dios! El tercer motivo es la gratitud por el bien recibido. Somos agradecidos por los múltiples dones y beneficios que recibimos de otras personas. Hasta los animales saben mostrar su agradecimiento a los que los alimentan. ¡Cuántas más razones tenemos para estar agradecidos a Dios: por la tierra que ha llenado de animales, plantas, iluminándola con el sol, la luna y las estrellas; por el mar y tantos peces con los que nos alimentamos. Y a nosotros, las personas humanas, nos ha hecho a su imagen y semejanza! Nuestra facultad de amar, de pensar y la libertad son pruebas de ellos. Los animales no son libres, siguen al instinto, los humanos podemos dominar los instintos con el poder de nuestra libre voluntad. Y cuando por el pecado hemos manchado esa imagen divina en nosotros, Dios la ha purificado y redimido con la sangre de su propio Hijo Jesucristo”.
Jesús ha puesto en el mismo nivel el “amor al prójimo”. El amor al prójimo es la concreción del amor a Dios. El camino directo para llegar a Dios pasa por el amor al prójimo. Jesús nos dice “¡amaos como yo os he amado!”. No dijo: “amadme”, sino “amaos”. Un amor fraterno, horizontalista para llegar a la verticalidad del amor a Dios.
En la primera lectura del libro del Éxodo, Dios concretiza el amor al prójimo: “No oprimirás al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto, no expolotarás a viudas ni a huérfamos, porque si los explotas y ellos gritan a mí, yo los escucharé”...
En la segunda lectura, S. Pablo nos pone a la Iglesia de Tesalónica como modelo de esos dos amores por su “creer, esperar, amar”...
Jesús nos está diciendo que veamos rostros; el de Dios en los rostros o caras de todos los que nos rodean, sea en el ambiente familiar, del trabajo,de la parroquia, etc. Examinemos nuestros amores...S. Juan de la Cruz nos lo recuerda con aquel “Dicho de luz y de amor” suyo: “A la tarde te examinarán en el amor”...Cada tarde o noche antes de dormir preguntémonos: ¿Cómo he vivido yo hoy mi amor a Dios con fe, esperanza, alabanza, acción de gracias y pureza?...Y ¿cómo he vivido mi amor al prójimo con acogida, paciencia, sonrisa, servicio?...pidamos luego por las faltas a esos dos amrores, y gracia para amar más y mejor al día siguiente...
Quiero concluir con un soneto del poeta José Javier Aleixandre (1924-2017) titulado: “PARA HACER PROVISIÓN DE AMOR”
Amor, Amor, Amor. Como se llena
mi corazón de amor. De amor que avanza
siempre: con tempestad y con bonanza.
De amor que sin cadenas me encadena.
De amor para el gozo, para la pena,
para la adversidad y la esperanza.
Amor que solo con amor se alcanza
y a la vez me atosiga y me serena.
Quiero que siembre amor la vida mía
por cuantos campos cruce mi sendero.
Quiero de amor mi pan de cada día,
porque quiero vivir de amor, y quiero
que mi amor siga siendo todavía
tan puro amor como mi amor primero.
j.v.c.
DIOS Y HOMBRE VERDADERO
Reflexión sobre los textos bÃblicos del Tercer Domingo de Pascua – 250504
Cuando estoy con problemas ¿ConfÃo en Jesús que me inspirará el modo de resolverlos? ¿Procuro imitar a Jesús en los gestos humanos que están a mi alcance, en la vida doméstica o en la vida laboral? ¿Me he dejado encantar o conmover por la grandeza divina de Jesús? ¿Amo a Jesús como AMIGO y lo adoro como DIOS?